Las flexiones son, por mucho, uno de
los ejercicios más íntegros que podría existir. Utilizas toda la parte
superior de tu cuerpo, pasando por tus abdominales hasta la parte baja
de tu espalda (incluyendo tus glúteos) para hacer una sola flexión.
Una vez dominado el arte de hacer
flexiones, existen diversas variantes con diferentes enfoques y
utilidades para todo tipo de condición física, que harán más interesante
y retador el hacer flexiones:
Flexión básica
Comenzamos por lo básico. Apóyate de
tus manos, que estén un poco más abiertas que tus hombros y mantén tu
cuerpo alineado. Lo primero que debería tocar el suelo es tu pecho, no
tu pelvis. Debes tomar en cuenta que es crucial mantener una postura
adecuada a la hora de hacer este ejercicio y mantenerte equilibrado, no
quieres apoyar más peso de un lado que del otro.
Si esto se hace muy difícil, puedes apoyarte de tus rodillas en vez de la punta de tus pies.
Flexiones de aplauso
Es la flexión pliométrica más común.
Debes empujarte del suelo y dar una palmada mientras estás en el aire.
Esto, teóricamente, no es tan complicado. Mucha gente asume la velocidad
por fuerza, por lo tanto hay que tener en cuenta que, el objetivo final
de este ejercicio, es impulsarnos lo más alto posible, no lo más rápido
posible. Recomendamos que comiences en un suelo más suave al principio,
para así evitar que estampes tus dientes contra el piso.
Flexiones de Diamante
De acuerdo a un estudio hecho en EE.UU., esta es la mejor manera de generar músculos en los tríceps. Como hemos mencionado antes, generar músculo ayuda a quemar grasa.
Ponte en tu posición habitual de
flexión y forma un diamante con tus manos, posiciónalas justo debajo de
tu pecho. Asegúrate que estés recto y que estés utilizando tu abdomen.
Flexión de clavado
Este ejercicio, promueve la
flexibilidad y resistencia de toda la parte alta de tu cuerpo, como al
mismo tiempo estira la parte baja de tu espalda y tus piernas. Ponte en
una posición de “V” invertida para comenzar, “deslízate” hasta que estés
con tu rostro al suelo y luego arquéate para levantarte, utilizando tu
cadera como punto guía.
Mantén el ritmo en este ejercicio, sin pausas y sin descansos, para darle un impulso a tu sistema cardiovascular.
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